domingo, 27 de septiembre de 2015

Wawel

Este fue el día en el que visitamos el castillo de Wawel. Al entrar en el recinto decidimos que lo que primero veríamos sería la catedral.

Un detalle bastante curioso e inusual me llamó la atención cuando advertí que de la entrada del santo lugar, para mi sorpresa, colgaban unos enormes y gastados huesos prehistóricos. La guía nos relató la historia que se decía de aquellos huesos, “Cuando estos huesos se caigan del muro del que cuelgan, el mundo se acabará”.

No fue una noticia, que digamos, bien acogida por el joven público, a lo que respondieron con voz unánime de reproche, lo que causó alguna que otra carcajada.

-Amina Kzaini

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