martes, 14 de julio de 2015
Nuestra despedida.
Después de diez días con ellas, viviendo en mi casa como si fueran dos más de la familia, llegó el día de la despedida. Como suele pasar, las despedidas no son fáciles y esta tampoco lo fue. Han sido muchos días juntas, tanto en Polonia como en Granada y muchos momentos divertidos que recordaremos siempre. Lo pasamos tan bien en Polonia que no podíamos esperar más a que llegasen a España y volver a vernos. Por todo ésto, la despedida se hizo muy triste para todos nosotros. Estábamos todos llorando sin parar y no queríamos que se fueran y es que en muy poco tiempo les hemos cogido mucho cariño.Ahora tengo nuevas amigas en otra parte de Europa y estoy segura de que ésta no fue una despedida definitiva, quizá este verano nos volveremos a ver.
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