Una de las excursiones, la cual me gustó mucho, consistía en una caminata por las afueras de Cracovia que acabó en un picnic. Empezamos en el instituto de nuestros polacos y pasamos junto al dragón del castillo de Wawel, un símbolo de la ciudad. Posteriormente fuimos a un bosque que nos llevó a un mirador donde se veía toda la ciudad. Finalmente, por el mismo bosque que vinimos, nos fuimos al picnic donde nos esperaban nuestras familias polacas.
Como he dicho anteriormente, me encantaría volver a Cracovia porque lo he pasado genial.
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